Resulta razonable pensar que el incremento exponencial de la información y el conocimiento accesible, unido a una inmensa capacidad de comunicación global, puede llevarnos a una mayor sensibilización ante los problemas comunes, y todo ese potencial podría terminar constituyendo una ayuda real a los mas desfavorecidos.
La información ya circula por la Red escapando a tendencias monopolizadoras y siendo asequible en gran parte del mundo a costes bajísimos.
La globalización va a poner en evidencia la diferencia que existe entre el actual, y caduco, Sistema Social Piramidal (código regulador de las relaciones humanas individuales en una sociedad concreta) en crisis y responsable de un delirante aislamiento personal egocéntrico que frena el inevitable proceso de individualización, del concepto de “Sociedad Humana” o creación espontánea de un mundo de relación para el que estamos biológicamente preparados . El ser humano, que de momento solo se encuentra en nosotros como una posibilidad de futuro, no existirá nunca aislado y desde el punto de vista biológico propende a la cooperación. Los sistemas Sociales los creamos nosotros mismos para regular la vida en sociedad y no tienen porque ser eternos.
La globalización lastra a las estructuras económicas, políticas y sociales de intermediarios inútiles. El gran cambio emergente está dándole el poder al productor y al consumidor, y está quitándoselo al intermediario, que era una pieza clave en la regulación de la economía tradicional. En el campo político la intermediación sigue siendo necesaria, porque no se debe suprimir el debate social, pero lo que ocurre es que la intermediación política se ha gubernamentalizado, se ha burocratizado en exceso, dificultando la comunicación entre los protagonistas del futuro: las entidades supranacionales y los poderes locales significativos, restando recursos económicos a los mismos.
En un mundo globalizado, las compañías, sean de la nacionalidad que sean, no tienen el control de los precios. Estos los fija el mercado internacional. Por ello los aumentos de costes hay que compensarlos con una mayor productividad, que se consigue con una mayor utilización de las nuevas tecnologías, con la innovación y con una nueva forma de hacer economía. Solo de esta manera se pueden aumentar los beneficios cuando no se pueden subir los precios. La innovación es siempre positiva para el individuo y para la sociedad en general.
Estamos pasando de un sistema de producción para consumo de masas, consustancial a la era industrial, a un sistema de producción para consumo diversificado, gracias a las innovaciones en los procesos productivos.
La globalización ha provocado la aparición de movimientos críticos contra la misma que han provocado una mayor sensibilidad con problemas comunes: solidaridad, derechos humanos y ecológicos...
La globalización es el gran fenómeno económico de nuestra era. Ofrece oportunidades sin precedente a miles de millones de personas en todo el mundo.
Las posibilidades de erradicar la pobreza en el mundo ha dejado de ser una entelequia y si un objetivo, técnicamente posible y por lo tanto cierto para la humanidad ( la eclosión de la biotecnología puede ser un factor determinante).
La universalización de los derechos humanos y ecológicos es más posible que nunca.
Nadie debe poner en duda que la globalización cultural, el turismo y los movimientos migratorios producen efectos positivos sobre el papel de la mujer en la sociedad y los derechos de los niños en las sociedades más atrasadas
Puede contribuir a que se comiencen a cuestionar a los valores económicos como únicos y universales, pudiendo dar paso a un renacimiento de los valores tradicionales, fundamentales para un rearme ético-social y ético-individual.
La posibilidad de que lo pequeño si tiene significación pueda trascendentalizarse puede propiciar un mundo más prospero y más enriquecido por la aceptación de una diversidad cultural no trivial y sí significativa. La globalización es compatible con la pervivencia del hecho diferencial, no solo no constituye una amenaza para la diversidad y pluralidad, sino que ,como apunté en el capítulo anterior, por el contrario puede llegar a ser su mejor aliado.
Las presentes y futuras alianzas-estratégicas en el capital y la tecnología pueden conllevar enormes mejoras para la humanidad.
La posibilidad de utilizar Internet los empresarios y con ello tener la posibilidad de bajar sus costes generales publicitarios, mejorar su comunicación con deudores y acreedores, de rediseñar sus ingresos, bajar costes, mejorar sus ventas y por lo tanto su beneficio, es una ventaja ya irrenunciable.
Facilita una nueva forma de relaciones personales que puede supones ventajas importantes en el campo de las relaciones humanas. La posibilidad de que se puedan comunicar nuestros neuroquímicos impulsos afectivos a través de la Red no es algo despreciable y puede ser extraordinariamente positivo cara a una mejora en las relaciones personales.
La información ya circula por la Red escapando a tendencias monopolizadoras y siendo asequible en gran parte del mundo a costes bajísimos.
La globalización va a poner en evidencia la diferencia que existe entre el actual, y caduco, Sistema Social Piramidal (código regulador de las relaciones humanas individuales en una sociedad concreta) en crisis y responsable de un delirante aislamiento personal egocéntrico que frena el inevitable proceso de individualización, del concepto de “Sociedad Humana” o creación espontánea de un mundo de relación para el que estamos biológicamente preparados . El ser humano, que de momento solo se encuentra en nosotros como una posibilidad de futuro, no existirá nunca aislado y desde el punto de vista biológico propende a la cooperación. Los sistemas Sociales los creamos nosotros mismos para regular la vida en sociedad y no tienen porque ser eternos.
La globalización lastra a las estructuras económicas, políticas y sociales de intermediarios inútiles. El gran cambio emergente está dándole el poder al productor y al consumidor, y está quitándoselo al intermediario, que era una pieza clave en la regulación de la economía tradicional. En el campo político la intermediación sigue siendo necesaria, porque no se debe suprimir el debate social, pero lo que ocurre es que la intermediación política se ha gubernamentalizado, se ha burocratizado en exceso, dificultando la comunicación entre los protagonistas del futuro: las entidades supranacionales y los poderes locales significativos, restando recursos económicos a los mismos.
En un mundo globalizado, las compañías, sean de la nacionalidad que sean, no tienen el control de los precios. Estos los fija el mercado internacional. Por ello los aumentos de costes hay que compensarlos con una mayor productividad, que se consigue con una mayor utilización de las nuevas tecnologías, con la innovación y con una nueva forma de hacer economía. Solo de esta manera se pueden aumentar los beneficios cuando no se pueden subir los precios. La innovación es siempre positiva para el individuo y para la sociedad en general.
Estamos pasando de un sistema de producción para consumo de masas, consustancial a la era industrial, a un sistema de producción para consumo diversificado, gracias a las innovaciones en los procesos productivos.
La globalización ha provocado la aparición de movimientos críticos contra la misma que han provocado una mayor sensibilidad con problemas comunes: solidaridad, derechos humanos y ecológicos...
La globalización es el gran fenómeno económico de nuestra era. Ofrece oportunidades sin precedente a miles de millones de personas en todo el mundo.
Las posibilidades de erradicar la pobreza en el mundo ha dejado de ser una entelequia y si un objetivo, técnicamente posible y por lo tanto cierto para la humanidad ( la eclosión de la biotecnología puede ser un factor determinante).
La universalización de los derechos humanos y ecológicos es más posible que nunca.
Nadie debe poner en duda que la globalización cultural, el turismo y los movimientos migratorios producen efectos positivos sobre el papel de la mujer en la sociedad y los derechos de los niños en las sociedades más atrasadas
Puede contribuir a que se comiencen a cuestionar a los valores económicos como únicos y universales, pudiendo dar paso a un renacimiento de los valores tradicionales, fundamentales para un rearme ético-social y ético-individual.
La posibilidad de que lo pequeño si tiene significación pueda trascendentalizarse puede propiciar un mundo más prospero y más enriquecido por la aceptación de una diversidad cultural no trivial y sí significativa. La globalización es compatible con la pervivencia del hecho diferencial, no solo no constituye una amenaza para la diversidad y pluralidad, sino que ,como apunté en el capítulo anterior, por el contrario puede llegar a ser su mejor aliado.
Las presentes y futuras alianzas-estratégicas en el capital y la tecnología pueden conllevar enormes mejoras para la humanidad.
La posibilidad de utilizar Internet los empresarios y con ello tener la posibilidad de bajar sus costes generales publicitarios, mejorar su comunicación con deudores y acreedores, de rediseñar sus ingresos, bajar costes, mejorar sus ventas y por lo tanto su beneficio, es una ventaja ya irrenunciable.
Facilita una nueva forma de relaciones personales que puede supones ventajas importantes en el campo de las relaciones humanas. La posibilidad de que se puedan comunicar nuestros neuroquímicos impulsos afectivos a través de la Red no es algo despreciable y puede ser extraordinariamente positivo cara a una mejora en las relaciones personales.
Internet vía satélite, la telefonía móvil o la televisión por satélite o cable, consecuencia de la cobertura planetaria de las comunicaciones y de la eclosión de las nuevas tecnologías, son ventajas incuestionables.
Mejorará de la calidad democrática. Si Internet de segunda generación consigue salvaguardar la cofidencialidad de los datos y el voto electrónico, nos encontraríamos ante un importante instrumento que posibilitaría una democracia directa virtual, complementaria de una democracia representativa que hay que mejorar notablemente. Internet puede ser un instrumento que permita revitalizar la democracia a nivel local y general, en el sentido de que puede ayudar a la movilización real de los ciudadanos para participar en la política local a través de la movilización virtual de los mismos.
En la economía física, tradicional para hacer negocio se necesitaban grupos grandes, una determinada localización, gran espacio físico, gran información y gran poder para comunicarla. En el nuevo contexto global ya no son tan importantes el valor de los factores tangibles, ni el espacio físico, ni la localización y por otra parte la información está al alcance de todos y él poder transmitirla también, la capacidad de aproximación al cliente es máxima y el coste publicitario mínimo. Podíamos decir que Internet permite que el pequeño se sienta grande y esto desde el punto de vista de la motivación empresarial es importantes.
La globalización creará problemas importantes a los regímenes políticos autoritarios.
Por otra parte no nos debemos olvidar que no solo el factor conocimiento es un valor en alza dentro de la organización y la producción de la empresa, sino que cada vez se producen más bienes intangibles, porque la demanda así lo quiere. Estos bienes tienen la particularidad de no son excluyentes sino compartibles. Entre los intangibles en alza, aparte de bienes, la marca o la organización destaca la innovación que permite competir en mejores condiciones, subir precios y mejorar consecuentemente los beneficios. La innovación tiene mucho que ver con el cambio en el sistema de transmisión de inteligencia en el proceso productivo., ya que activa la importancia de los trabajadores de las unidades locales.
En el terreno político y social la globalización puede llegar a permitir dar el paso del Estado Pirámide a un Estado Inteligente, un Estado Red, con modelos organizativos flexibles que consideren como fundamental la participación y aportación de cada ciudadano, revaloricen y se centren en su figura. En definitiva los Estados Modernos deberían orientarse más a catalizar las aportaciones de los ciudadanos a los que tienen que servir, que a dirigir anacrónicamente sus vidas. La relación ciudadano-poder político, se debe modificar para que se vuelva creativa por parte del ciudadano. Por medio de la participación, el ciudadano deja de ser objeto de poder, para convertirse en sujeto del mismo. Al “Estado Inteligente”, al “Estado Red” le correspondería acercarse a las necesidades de los ciudadanos, no con el afán de protegerlos sino con la finalidad de facilitar y fortalecer la participación de los mismos en políticas concretas. El problema para el poder es provocar las condiciones de interactividad adecuadas para conseguir la movilización real y motivacional de los ciudadanos, aunque para ello tengamos que pasar a un estado virtual.
La globalización va a permitir dar protagonismo a los dos grandes poderes del futuro: las entidades supranacionales y las entidades locales, precarizando a los actuales estados-nación. En los últimos años los viejos Estados-Nación están viendo con estupefacción como los pilares fundamentales (la cohesión del estado, el autoabastecimiento o la seguridad nacional) sobre los que se asentaron se van deshaciendo paulatinamente, lo que conlleva que estos antiguos proyectos vayan perdiendo definición y peso económico, político, cultural y social. Frente a la amenaza del terrorismo internacional nuclear, químico, biológico, cibernético, genómico o de cualquier tipo ”, la protección que ofrece el Estado-Nación no vale para nada. Lo hemos vivido recientemente con el ataque realizado contra la nación más poderosa del mundo. El tema del medio ambiente exige básicamente una acción local y global, escapa al soberanismo intermedio, dado que afecta a toda la humanidad, como el terrorismo, el tráfico de armas o de personas.
Mejorará de la calidad democrática. Si Internet de segunda generación consigue salvaguardar la cofidencialidad de los datos y el voto electrónico, nos encontraríamos ante un importante instrumento que posibilitaría una democracia directa virtual, complementaria de una democracia representativa que hay que mejorar notablemente. Internet puede ser un instrumento que permita revitalizar la democracia a nivel local y general, en el sentido de que puede ayudar a la movilización real de los ciudadanos para participar en la política local a través de la movilización virtual de los mismos.
En la economía física, tradicional para hacer negocio se necesitaban grupos grandes, una determinada localización, gran espacio físico, gran información y gran poder para comunicarla. En el nuevo contexto global ya no son tan importantes el valor de los factores tangibles, ni el espacio físico, ni la localización y por otra parte la información está al alcance de todos y él poder transmitirla también, la capacidad de aproximación al cliente es máxima y el coste publicitario mínimo. Podíamos decir que Internet permite que el pequeño se sienta grande y esto desde el punto de vista de la motivación empresarial es importantes.
La globalización creará problemas importantes a los regímenes políticos autoritarios.
Por otra parte no nos debemos olvidar que no solo el factor conocimiento es un valor en alza dentro de la organización y la producción de la empresa, sino que cada vez se producen más bienes intangibles, porque la demanda así lo quiere. Estos bienes tienen la particularidad de no son excluyentes sino compartibles. Entre los intangibles en alza, aparte de bienes, la marca o la organización destaca la innovación que permite competir en mejores condiciones, subir precios y mejorar consecuentemente los beneficios. La innovación tiene mucho que ver con el cambio en el sistema de transmisión de inteligencia en el proceso productivo., ya que activa la importancia de los trabajadores de las unidades locales.
En el terreno político y social la globalización puede llegar a permitir dar el paso del Estado Pirámide a un Estado Inteligente, un Estado Red, con modelos organizativos flexibles que consideren como fundamental la participación y aportación de cada ciudadano, revaloricen y se centren en su figura. En definitiva los Estados Modernos deberían orientarse más a catalizar las aportaciones de los ciudadanos a los que tienen que servir, que a dirigir anacrónicamente sus vidas. La relación ciudadano-poder político, se debe modificar para que se vuelva creativa por parte del ciudadano. Por medio de la participación, el ciudadano deja de ser objeto de poder, para convertirse en sujeto del mismo. Al “Estado Inteligente”, al “Estado Red” le correspondería acercarse a las necesidades de los ciudadanos, no con el afán de protegerlos sino con la finalidad de facilitar y fortalecer la participación de los mismos en políticas concretas. El problema para el poder es provocar las condiciones de interactividad adecuadas para conseguir la movilización real y motivacional de los ciudadanos, aunque para ello tengamos que pasar a un estado virtual.
La globalización va a permitir dar protagonismo a los dos grandes poderes del futuro: las entidades supranacionales y las entidades locales, precarizando a los actuales estados-nación. En los últimos años los viejos Estados-Nación están viendo con estupefacción como los pilares fundamentales (la cohesión del estado, el autoabastecimiento o la seguridad nacional) sobre los que se asentaron se van deshaciendo paulatinamente, lo que conlleva que estos antiguos proyectos vayan perdiendo definición y peso económico, político, cultural y social. Frente a la amenaza del terrorismo internacional nuclear, químico, biológico, cibernético, genómico o de cualquier tipo ”, la protección que ofrece el Estado-Nación no vale para nada. Lo hemos vivido recientemente con el ataque realizado contra la nación más poderosa del mundo. El tema del medio ambiente exige básicamente una acción local y global, escapa al soberanismo intermedio, dado que afecta a toda la humanidad, como el terrorismo, el tráfico de armas o de personas.
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