Introduccción
El modo de desarrollo y las relaciones internacionales centradas en el individuo tomado de forma aislada y en abstracto, en el mercado y en el dinero como absolutos y como fines, no han sido capaces de responder satisfactoriamente a las necesidades de la mayoría de los seres humanos. A este modo de desarrollo corresponde la Ética del Mercado Total. Según la misma, todo lo que impide la libertad de crecer, de acumularse, de concentrarse al capital debe ser suprimido y eliminado.
A pesar de todo, incluso entre los oprimidos, que son la mayoría de la población del mundo, existe consenso a este respecto, por lo menos por dos razones. Una es que los defensores del sistema global del mercado se afanan en dorar la cara positiva y en esconder o disimular la cara negativa del sistema. La otra es la hegemonía de la cultura del capital, que combina objetivos y valores, modos de relación social y mecanismos institucionales, influyendo profundamente en las actitudes, comportamientos y expectativas de los mismos oprimidos
Una conducta éticamente correcta es aquella en que los medios elegidos para conseguir la felicidad, efectivamente contribuyen a lograr la perfección de la persona y de la sociedad.
Podemos identificar tres dimensiones de la ética:
- Los bienes (que tienen que ver con las tendencias: qué se quiere)
- Las normas (que tiene que ver con las formas: cómo se quiere)
- Las virtudes(que tiene que ver con la disposición: para qué se quiere).
En relación a la empresa, hay tres visiones que entregan una errada concepción de la ética en ella:
- Los negocios como guerra: “En los negocios debe lucharse como si fuera una guerra. Y, como en toda buena guerra, ha de lucharse gallardamente, con coraje y sin moralidad”. Levitt, “The Danger of Social Responsability”, Harvard Business Review.
- Los negocios como juego: “Las normas éticas que rigen la empresa son como las normas que rigen una partida de poker”. Harvard Business Review, Jan.Feb. 1968.
- La misión de la empresa es ganar dinero: “Hay una y sólo una responsabilidad de la empresa: usar sus recursos y posibilidades en actividades encaminadas a incrementar su beneficio”. Milton Friedman, “The Social Responsability of Business in Increase its Profits”, New York Times, Sept. 13, 1970
Dado lo anterior, ¿existe realmente una ética propia de la empresa? No, pues el hombre es uno solo; lo que existen son principios, valores y el ejercicio de determinadas virtudes que, para el mundo de la empresa, son más importantes. Al conjunto de ello se le denomina ética empresarial.
Definición de ética con sentido empresarial
Bien técnico (eficiencia y eficacia; éxito; triunfo y ganancias)
Bien ético (perfeccionando la condición personal y social de los miembros de la corporación y, en general, de todos aquellos con quienes se relaciona (stakeholders); practicando virtudes).
Suele preguntarse si la ética es o no un buen negocio. Algunos señalan que la ética y los buenos negocios son irreconciliables pues lo único que se logra es perder contratos; como los ambientes son corruptos y las normas injustas, no tiene sentido preocuparse de la ética. Además, las ganancias siempre son más fáciles sin la ética. Otros señalan que sólo siendo éticos se pueden hacer buenos negocios, y ponen de ejemplo a las empresas extranjeras, donde la necesidad de confianza es un punto central.
Sin embargo, en ambas posturas se advierte una tendencia a instrumentalizar la ética. La ética no define resultados económicos, no debe interesar porque “se pague” ni tampoco debe considerarse en función de una demanda de imagen social. Una concepción legalista de la ética también implica considerarla como un instrumento o “medio” al servicio de un resultado económico. Ahora bien, es indudable que para quienes la falta de ética es rentable en el “corto plazo” termina siendo casi en la totalidad de las veces un mal negocio en el largo; y viceversa: un comportamiento éticamente correcto es siempre rentable en el “largo plazo”.
El punto de fondo es que la ética persigue por sí misma la excelencia humana, no el logro de resultados económicos. En la medida en que cada individuo dé lo mejor de sí, se maximizarán tanto las potencialidades personales (felicidad) como las posibilidades de éxito empresarial. Además, la empresa, como sujeto moral, no existe: sólo son sujetos de sanción o reconocimiento moral las personas.
Así, el concepto de una gerencia basada en valores es importante. Ello, que tiene que ver por cierto con las competencias corporativas, la estructura de la personalidad y las habilidades técnicas, está supeditado siempre a las competencias personales y a los valores éticos.
Dado que el resultado esperado en la conducta de las personas está en relación directa con sus motivaciones, dentro de los motivadores clásicos (extrínsecos, intrínsecos y trascendentes), aquellos que dicen directa relación con la persona en cuanto persona resultan no sólo los más importantes sino los más influyentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario