¿Te has preguntado alguna vez quién se encarga de gestionar y almacenar los contenidos que vemos a diario en internet?
La respuesta es el servidor web, permanentemente conectado y siempre en funcionamiento. Su trascendental importancia se debe a que ellos son los encargados de gestionar el tráfico y mostrar las páginas web al usuario final. En otras palabras: sin ellos no existiría internet tal y como lo conocemos.
Factores a tener en cuenta para elegir un servidor web
Qué es un servidor web
En primer lugar, conviene establecer un punto de partida definiendo el propio concepto de servidor. En su acepción más simplista, un servidor no es más que un ordenador, dotado de un hardware y un software, que está al servicio de otros dispositivos o personas a los que suministra información. Los destinatarios de esa información se denominan clientes.
Profundizando en esta definición, podemos diferenciar entre los Servidores Hardware y los Servidores Software:
Servidor Hardware o host: es la máquina física integrada en una red informática que ejecuta el sistema operativo y uno o varios servidores basados en software.
Servidor Software: es un programa que está al servicio de otros programas o clientes, sea nivel local o a través de una red. El tipo de servicio dependerá del software instalado.
Es fundamental tener clara esta distinción, ya que la base de toda comunicación es el modelo de arquitectura cliente-servidor. De acuerdo a este modelo, el cliente realiza peticiones al servidor, que es el que le da una respuesta, abasteciéndolo de los recursos que necesita. La propia World Wide Web o las plataformas de comercio electrónico son ejemplos cercanos de este modelo.
¿Qué es un servidor web? Funcionamiento y tipos
¿Qué es entonces un servidor web? Son un tipo de servidores utilizados para la distribución y entrega de contenido web en redes internas o Internet. También conocidos como servidores HTTP, son los encargados de despachar todos los archivos de una página o aplicación web (textos, imágenes, vídeos, etc.) y mostrarlos a los usuarios a través de su navegador.
Aclaremos estas diferencias con un ejemplo. Si quisiéramos consultar la clasificación de la última carrera de Fórmula 1, accederemos mediante un navegador web a la edición digital de nuestro diario deportivo favorito. Al escribir esta búsqueda, el navegador envía una solicitud al servidor web, que responde entregando una página HTML. La página en la que vemos si nuestro piloto favorito hizo un buen papel el último fin de semana. Parece fácil, ¿verdad?. Realmente no es tan simple.
Este proceso de despacho, a priori sencillo, es mucho más complejo. Las operaciones que se ejecutan entre host y cliente pasan totalmente desapercibidas para el usuario final. Por eso en el siguiente apartado vamos a explicar cómo funciona un servidor web.
Cómo funciona un servidor web
La comunicación entre el servidor y el cliente se basa en HTTP, abreviatura de HyperText Transfer Protocol. Éste es el protocolo de comunicación que permite operar transferencias de información o archivos en internet. Su variante codificada, el HTTPS, salvaguarda la confidencialidad de los datos de usuarios en esos intercambios. Cuando visitamos una página web, podemos ver estas identificaciones en la barra en la que aparece la URL del sitio.
La clave de todo el proceso radica en la propia petición. Existen muchos tipos de peticiones, aunque las más comunes son las de tipo GET y POST. Las peticiones GET, solicitan al servidor algún tipo de información (página HTML, fichero XML, fotos, vídeos, etc.). Las peticiones POST, envían datos al servidor, como por ejemplo cuando rellenamos un formulario en un ecommerce.
Cuando el servidor recibe una petición, se inicia un proceso que podemos separar en cuatro pasos:
1. Resolución DNS: para abrir cualquier página web debemos conocer su IP (código numérico que identifica al servidor). Para obtenerla, se ejecuta una consulta a un servidor DNS, con acceso a la agenda completa de direcciones en internet.
2. Resolución DNS a IP: una vez que el sistema operativo ha resuelto esa consulta DNS, utiliza el protocolo TCP/IP para comunicar con el servidor remoto que almacena la página que pretendemos cargar.
3. Preparación de la petición: en esta fase el servidor web identifica a qué sitio corresponde la petición recibida, observando su URL. A partir de ella levanta la configuración personalizada de esa página web, detectando los elementos que debe enviar y definiendo la prioridad de la petición.
4. Presentación: finalmente, el servidor web devuelve al navegador una respuesta que identifica el tipo de datos enviados, facilitando así su funcionamiento y mostrando en pantalla la información que hemos solicitado.
Todos estos procesos se desarrollan en unos pocos segundos. Como las operaciones se ejecutan a nivel interno, pasan inadvertidas para el usuario.
Tipos de servidores web
Existen multitud de servidores web, cada uno con sus propias características, por lo que solamente vamos a enumerar los más destacados:
Apache
Es el servidor web de referencia, el más popular y extendido. Lleva 25 años siendo el líder indiscutible, a pesar de que nuevos competidores le hayan robado cuota de mercado. Su principal ventaja es que es gratuito y de código abierto, por lo que se puede instalar en casi todos los sistemas operativos. Su desfasada arquitectura frente a otros tipos de servidor es su principal punto débil.
Nginx
También open source y gratuito (aunque ofrece una versión comercial), destaca por su alto rendimiento. Utiliza un proxy inverso, que protege la identidad de los servidores y mejora la seguridad de la información que acogen. Su configuración es sencilla, pero también muy personalizable, consumiendo pocos recursos. Su defecto: no se puede integrar con PHP de forma nativa.
Microsoft IIS
Es un servidor web de Microsoft, creado específicamente para su sistema operativo Windows. De ahí su principal ventaja: es 100% compatible con todas las tecnologías de la multinacional estadounidense. A su vez, supone su mayor inconveniente: la integración de lenguajes y tecnologías es limitada con respecto a otras opciones.
Se trata de un servidor de uso exclusivo por parte de Google, lo que implica que no puede ser utilizado por particulares o empresas. ¿Por qué lo incluimos entonces en este listado? Porque es uno de los más utilizados hoy en día (aunque como usuarios no lo sepamos). Es el encargado de sostener toda la infraestructura del gigante de internet, por lo que proporciona servicio simultáneo a millones de usuarios.
Lite Speed
Un servidor web muy robusto y eficiente. Su capacidad para soportar grandes cargas de trabajo es su punto fuerte frente a otras alternativas. Su arquitectura, basada en un sistema de eventos, evita la duplicidad de procesos que sí se genera en otros servidores. El principal inconveniente es que siendo un software propietario, obliga a pasar por caja para adquirir la licencia de uso.
Lighttpd
Fue una de las primeras alternativas a Apache, solventando sus problemas de gestión de grandes cargas de trabajo. Por ello, su diseño busca ante todo la rapidez operativa, algo que consigue consumiendo pocos recursos. Esto lo convierte en una opción idónea para servidores VPS de bajos recursos. Sin embargo, carece de versión oficial para sistemas operativos Windows, lo que limita su aplicación.
Sun Java System Web Server
Creado para gestionar grandes cargas de trabajo con tecnologías específicas como Java, Phyton o Ruby on Rails. Por este motivo, su uso se ciñe a entornos corporativos, estando especialmente pensado como herramienta de utilidad para programadores.
Factores a tener en cuenta para elegir un servidor web
La elección de un servidor web siempre vendrá condicionada por el propósito que persigamos. No es lo mismo una página web con poco tráfico que un ecommerce con miles de visitas simultáneas. Tampoco lo son las páginas que usen HTML estático frente a sitios dinámicos.
Por tanto, no existe una respuesta única a la pregunta “¿cuál es el mejor servidor web?”. Sin embargo, sí podemos destacar algunos factores de relevancia a tener en cuenta.
El primer paso siempre debe ser valorar nuestras necesidades. Es fundamental definir qué tipo de sitio web quieres, qué aplicaciones necesitarás, el volumen de tráfico que prevés tener o si recurrirás a algún software en particular. Respondiendo estas preguntas tendremos un buen punto de partida.
Una vez hecho esto, es necesario valorar otros aspectos. El precio siempre es uno de ellos, aunque te aconsejamos no priorizar el ahorro al rendimiento. El soporte técnico también juega un papel relevante. Lo ideal es contar con un servicio 24x7x365 como el que ofrecemos en Cloud Center Andalucía. Nunca sabes cuándo puede haber un problema con tu servidor, pero sí que quedará resuelto en poco tiempo.
También debemos tener en cuenta el espacio disponible, especialmente si trabajamos con servidores compartidos. Dependiendo del tamaño del proyecto y el volumen de tráfico previsto necesitarás una opción u otra. Como la idea es que el negocio crezca en el futuro, lo mejor es apostar por soluciones escalables. Finalmente, es conveniente tener bien presente la seguridad. Los ciberataques son cada vez más frecuentes: no caigas en el error de pensar que nunca te va a tocar a ti. Nuestro servicio de BackUp Online te permiten recuperar toda la información de tu empresa en cualquier momento, garantizando la continuidad de tu negocio.
Siguiendo estos consejos, la posibilidad de equivocarnos en la elección de un servidor web es mínima. Menor aún si optáis por la consultoría técnica especializada que ofrecemos desde Cloud Center Andalucía. Contacta con nosotros desde aquí para ampliar información sobre nuestro catálogo de soluciones: hosting compartido, servidores VPS de alta disponibilidad, servidores dedicados y mucho más.
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