F1: Si la presionas se abrirá una ventana de ayuda de la aplicación que estemos usando en ese momento. Si estamos, por ejemplo, en Google. La pantalla que se visualizará es la siguiente:
F2: Solo tiene sentido usarla cuando tenemos seleccionado un archivo de texto o carpeta de Word, ya que da la opción de cambiar su nombre directamente. Si no está seleccionado, no pasa absolutamente nada.
F3: Su función es abrir el menú de búsqueda de los distintos programas. Por ejemplo en Windows.
F4: Pulsada al mismo tiempo que la tecla ‘ALT’ sirve para cerrar una página o aplicación.
F5: Quizás es la más conocida por todos. Permite refrescar una pantalla para actualizar con los últimos cambios.
F6: Combinada con la tecla Shift te envía directamente al lugar donde se aloja la URL de la página abierta en ese momento.
F7: Es otra de las funciones más útiles. Te abre directamente una ventana que te permite hacer una revisión ortográfica del archivo que estés editando.
F8: Por un lado, sirve para seleccionar un texto de Word y, por otro, si se mantiene pulsada mientras encendemos el ordenador permite que éste se abra a modo de prueba de fallos.
F9: Es la única tecla que no tiene ninguna funcionalidad en Windows.
F10: Tampoco es excesivamente útil, aunque permite acceder a la barra de navegación de casi todos los programas.
F11: Maximiza la ventana del navegador. Ésta es la típica tecla que tocas sin querer y te pone nervioso porque te ha cambiado el modo de ver la pantalla. Que no cunda el pánico. Si vuelves a pulsarla, vuelve a su estado normal.
F12: Si pulsas esta tecla te abrirá el documento HTML justo en una ventana de al lado. Mejor vuelve a cerrarlo porque, a menos que controles de programación, esto no te servirá de mada.
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