Hay momentos del año idóneos para revisar y actualizar los objetivos de tu negocio.
Siempre recomiendo una revisión a fondo una vez al año, o bien en enero o bien ahora, a principio de curso. Y luego revisiones trimestrales en función de los resultados.
Por eso, ahora que llega septiembre con fuerza tras el descanso de este verano tan atípico, te traigo este post sobre los objetivos de un negocio, uno de los pilares básicos de cualquier proyecto.
Es probable que este verano te hayas ido en coche a alguna parte. Pues bien, al planear tus vacaciones habrás tenido que tomar dos decisiones básicas: dónde vas y cuál será la ruta.
En el ámbito empresarial el proceso es el mismo. También tendrás que dar respuesta a dónde te diriges (los objetivos) y a cómo vas a llegar (las estrategias para lograrlos).
Pero no vale hacerlo de cualquier manera. Tienes que aprender a fijar objetivos smart, inteligentes.
Veamos más los objetivos en función de su jerarquía.
Los objetivos de una empresa se pueden dividir por niveles, conteniendo cada uno el siguiente nivel.
Siguiendo la idea de las muñecas, los objetivos por jerarquía equivaldrían a cuatro tamaños distintos de un mismo juego de Matrioshka.
Por ejemplo, la visión y la misión incluye los objetivos generales y juntos conforman el plan estratégico.
En el siguiente nivel, los objetivos estratégicos incluyen los tácticos y en el último tenemos a los objetivos operativos.
- Objetivos de un negocio estratégicos: son de carácter genérico que una empresa busca alcanzar a largo plazo (5 a 10 años), los también llamados objetivos generales. Están muy alineados con la misión y la visión del negocio. Al fin y al cabo, son los que guían el rumbo del proyecto. Pero cuidado con plantearse demasiados objetivos estratégicos al mismo tiempo. A la hora de abordarlos cabe el riesgo de ir en direcciones opuestas, debilitando los recursos y los resultados.
Por ejemplo: un objetivo estratégico puede ser convertirse en un referente en el sector.
- Tácticos: son los enmarcados en los diferentes departamentos que apoyan y van alimentando los objetivos estratégicos. Se suelen establecer a medio plazo (2 a 5 años).
Por ejemplo: aumentar las ventas o los leads cualificados.
- Operativos: en este nivel los objetivos se llevan al plano más operacional. Para eso deben ser específicos, muchas veces para cada trabajador, cortoplacistas (menos de un año) y más sencillos de alcanzar.
Por ejemplo: para aumentar las ventas (objetivo táctico), se lleva a cabo una campaña de publicidad a través de medios online y se refuerza la figura del comercial y la atención preventa.
Como ves, los objetivos de los distintos niveles jerárquicos van dirigidos hacia un mismo fin. Para poder trabajar los más generales, es necesario desglosar y definir el paso a paso hacia la meta.
Para ello no podemos dejar de hablar de los objetivos SMART, la metodología por excelencia que crea objetivos inteligentes.
Los objetivos SMART es una manera de abordar la consecución de metas de una empresa para poder prever las dificultades y mejorar las probabilidades de éxito.
Permite hacer manejables los objetivos, por grandes y ambiciosos que sean. El acrónimo en inglés nos da los cinco elementos básicos para poder convertirlos en “inteligentes” y trabajar para alcanzarlos.
S: (Specific) Es específico y concreto. Es decir, cualquier persona a la que se le comparta la información debe ser capaz de entenderlo.
M: (Measurable) Tiene que ser medible y cuantificable para poder evaluarlo de manera objetiva. Hablamos de números, de métricas en hojas de cálculo o de medidas universales que permiten evitar los famosos “mucho, un poco, más o menos, etc”.
A: (Achievable) El objetivo tiene que ser posible de alcanzar, es decir, siendo exigente y ambicioso hay que mantener los pies en la tierra y estar dispuesto a modificarlo en caso de que nos hayamos pasado de optimistas.
R: (Realistic) Muy relacionado con lo anterior, hay que ser realistas a la hora de definir objetivos. Sobre todo teniendo en cuenta los recursos, las capacidades y la motivación.
T: (Time) Está enmarcado en un cuadro temporal, si no, el objetivo se dilata tanto en el tiempo que se acaba perdiendo la perspectiva, la capacidad de ser evaluado y su función.
Por ejemplo, un objetivo como «Crecer en leads» sería SMART si lo enunciamos como «Incremento del 25% de los leads (500 unidades) en el segundo semestre del año«. Es concreto, incluye un patrón de medida, es ambicioso pero alcanzable y realista y se establece un periodo de tiempo.
Otros ejemplos podría ser «Incrementar un 20% el engagement (nº de reacciones) en Instagram en 2021» o «Incrementar hasta el 5% las horas de formación de nuestro equipo en 2021».
Por supuesto, los objetivos estratégicos, generales o a largo plazo, difícilmente podrán ser SMART pero el objetivo –y valga la redundancia– es que puedas traducir la misión de tu empresa en objetivos generales que a su vez se subdividan en metas más pequeñas y manejables.
Si tienes objetivos de una empresa que no son SMART no significa que tengan un mal enfoque, sino que falta desarrollarlos y detallarlos para poder dividirlos en subobjetivos hasta que sean medibles, realistas, acotados en el tiempo, alcanzables y específicos. Es como crear tu propio juego de muñecas Matrioshka, desde la más grande hasta las piezas más pequeñas.
Estos objetivos dan forma a la estrategia de la empresa, pilar básico en cualquier negocio. Es la dirección a tomar, el qué hacer y el cómo hacerlo, cómo alinear los recursos de la organización hacia un mismo horizonte temporal a largo plazo. Estos son algunos de los objetivos estratégicos de una empresa más habituales:
- Mejorar el margen de beneficio.
- Diversificar los ingresos.
- Elaborar y ejecutar un plan de inversión, reforzando las finanzas necesarias para ponerlo en marcha.
- Reforzar el servicio de front office.
- Mejorar la experiencia del usuario online.
- Mejorar la atención al cliente.
- Desarrollar la omnicanalidad.
- Invertir en una nueva gama de productos.
- Posicionarse como empresa atractiva para el talento (por ejemplo en the Great Place to Work).
- Implantar el teletrabajo.
- Desarrollar una estrategia competitiva que permita ganar autoridad y ser un referente en el sector.
- Desarrollar un proyecto de transformación digital del negocio.
- Implantar un sistema de gestión ágil de proyectos.
- Definir estrategias alternativas basadas en diferentes escenarios (medida ante la incertidumbre).
- Planificar situaciones de crisis.
21 Ejemplos de objetivos de marketing
El marketing tiene cada vez más protagonismo en las estrategias de cualquier marca. Estos son algunos ejemplos de objetivos enfocados a la venta y a la visibilidad:
- Optimizar el embudo de ventas.
- Mejorar el seguimiento de las distintas etapas del embudo de ventas y a lo largo del customer journey del cliente.
- Mejorar la capacidad de venta y negociación del emprendedor y del equipo comercial.
- Crear un plan de visibilidad a través de guest blogging y entrevistas en podcast.
- Mejorar la tasa de engagement en una red social.
- Aumentar el Social Selling Index de LinkedIn.
- Validar un nuevo producto con ventas.
- Incrementar el ticket medio por cliente.
- Poner en marcha una estrategia de captación de leads cualificados.
- Mejorar el ROI de las campañas publicitarias.
- Hacer un lanzamiento de un nuevo producto.
- Conseguir nuevos clientes.
- Crear un nuevo lead magnet para segmentar la lista de email.
- Mejorar el posicionamiento SEO.
- Desarrollar un proyecto de marketing de contenidos basado en la calidad.
- Aumentar las ventas.
- Ganar autoridad a través de la prueba social.
- Incorporar una nueva identidad visual corporativa.
- Conseguir acuerdos de afiliación y comercialización por parte de terceros.
- Mejorar la capacidad de networking del equipo promotor / emprendedor.
- Implantar un CRM.
En esta lista no pueden faltar ejemplos relacionados con la gestión de recursos humanos y procesos organizativos.
- Aumentar la felicidad del equipo.
- Redimensionar el equipo creando nuevos puestos de especialización.
- Mejorar los procesos internos de comunicación.
- Aplicar nuevas medidas de seguridad y bienestar para el equipo.
- Disminuir el índice de rotación de los empleados.
- Fomentar la formación y la promoción interna.
- Agilizar las decisiones departamentales.
- Optimizar el organigrama de la organización.
- Mejorar las condiciones de teletrabajo de la plantilla.
- Instaurar un programa de mentores entre los propios empleados o reforzar el equipo con una figura externa como un interim manager.
- Fomentar el trabajo en equipo y la cohesión a través de actividades como grupos de trabajo, dinámicas de entretenimiento o escape rooms.
- Organizar un Team Building.
- Optimizar los procesos de contratación y formación inicial.
- Incrementar la transparencia y la accesibilidad a la información interna.
Estos son solo ejemplos para que reflexiones y definas dónde quieres ir, desde el objetivo estratégico más general hasta los pequeños objetivos del día a día que te permitirán alcanzar la situación deseada.
Como ves, los objetivos son la traducción de todas las intenciones, iniciativas y dirección de la empresa en pequeñas o no tan pequeñas metas.
Fuente: https://mentoringnegocios.com/50-ejemplos-de-objetivos-de-un-negocio/
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