TEORÍAS DEL LIDERAZGO – TEORÍA DE LOS RASGOS.

A lo largo de los tiempos, especialmente en este último siglo, muchos autores han intentado desvelar los motivos por los que, unas personas se convierten en líderes, y otras no.

También se ha intentado determinar si, la forma en que ejercen este liderazgo, tiene algún tipo de relación con los resultados obtenidos por su equipo, si el tipo de seguidores tiene importancia en esto, etc.

Todas estas cuestiones han sido contestadas, de una u otra manera, pero siempre de forma teórica. La autentica realidad es que, se pueden acercar mucho, pero estas teorías no pasan de eso, teorías.

En una serie de entradas, iremos analizando cada una de estas teorías del liderazgo.

Índice [ocultar]

1 Teorías del liderazgo – Teoría de los rasgos “El líder nace, no se hace”
2 Breve reseña histórica.
3 Los rasgos del líder.
3.1 Inteligencia y nivel educativo.
3.2 Capacidad de dirección, decisión y priorización.
3.3 Vitalidad física y resistencia.
3.4 Iniciativa, valentía y confianza.
3.5 Comprensión por sus seguidores, sus necesidades y motivaciones.
3.6 Necesidad de logro.
4 Conclusiones.
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Teorías del liderazgo – Teoría de los rasgos “El líder nace, no se hace”
También llamada la “Teoría del Gran Hombre”. Esta teoría entiende que la capacidad de liderar personas viene ya marcada desde el nacimiento, está en sus genes el ser un líder.

Para ser un líder, es necesario disponer de una serie de rasgos, y estos rasgos, o se tienen, o no se tienen. Estos rasgos pueden ser físicos, sociológicos o psicológicos.

Por tanto, esta teoría trata de encontrar cuáles son estos rasgos y, de esta manera, identificar más fácilmente a las personas que habría que seleccionar como los futuros líderes de organización.

Breve reseña histórica.
A mediados del siglo XX, Ralph Stogdill publica un artículo, tras estudiar los datos recopilados en 13 empresas. De dicho estudio se desprendía, que los gerentes con más éxito, compartían una serie de características, si bien había muchas excepciones al patrón general.

Posteriormente, Edwin Ghiselli realizó otro estudio, encontrando una alta correlación entre unas determinadas características y el éxito obtenido. Si bien, el mismo Ghiselli, reconoció que podían encontrarse casos de éxito fuera del patrón.

Otros autores también han realizado estudios en este sentido, con ligeras variaciones, como por ejemplo John Gadner.

Morgan McCall, o Michael Lombardo, también elaboraron una lista de rasgos, pero al contrario. Al entender que no era posible encontrar unos rasgos, que determinasen de forma clara, quien podía ser un buen líder, trataron de establecer cuales eras los rasgos relacionados con el fracaso, los que afectaban al éxito de forma negativa.

Los rasgos del líder.
En líneas generales, los rasgos que marcarían la diferencia, entre quienes ocupan cargos de responsabilidad, y aquellos que no, son los siguientes:

Inteligencia y nivel educativo.
Todos los autores encontraron una relación muy significativa entre la inteligencia que poseía una persona, y sus posibilidades de éxito. En última instancia, estaban de acuerdo en que hacía falta, un mínimo de inteligencia, para tener éxito.

El nivel educativo de la persona también estaba íntimamente relacionado con el éxito conseguido.

Capacidad de dirección, decisión y priorización.
Es necesario que el líder tenga la capacidad de establecer objetivos y metas, y de esta forma dirigir la acción de su equipo, y los esfuerzos que estos realizarán en un futuro.

Tiene que ser capaz de priorizar correctamente. Dando mayor importancia a la ejecución de un proyecto, reduciendo la de otros.

Sabe, de forma casi instintiva, en quien puede confiar. Crea un equipo fuerte y cohesionado, delegando ciertas tareas en ellos. No obstante, sabe lo que hace, es una persona competente en su campo. Si acomete alguna tarea personalmente, lo hará bien.

Vitalidad física y resistencia.
Las personas que tienden a tener éxito, generalmente tienen un nivel de energía muy alto. Tienen una gran resistencia física, lo que les proporciona, de alguna manera, estabilidad y resistencia psicológica.

Iniciativa, valentía y confianza.
Un líder eficaz debe ser el primero en dar un paso adelante a la hora de asumir la dirección del equipo en caso de que se presenten tiempos difíciles, cuando todos permanecen a la expectativa.

Un buen líder debe amar la responsabilidad, debe estar dispuesto a arriesgar, y por supuesto, debe ser capaz de mantener esa ilusión a lo largo de todo el proceso, debe ser tenaz y firme en su visión.

Para ello, el líder, debe ser una persona con un alto grado de confianza, en su visión, y en sí mismo.

Comprensión por sus seguidores, sus necesidades y motivaciones.
El líder es capaz de determinar con cierta exactitud si su grupo está dispuesto para el cambio, o si van a presentar resistencia a este.

Sin embargo, debe ser capaz de motivar a su equipo, comunicándoles su visión, con la pasión suficiente. Debe ser capaz de ganarse la confianza de las personas que le rodean. Para esto, debe ser capaz de comprender las motivaciones, y las necesidades, de sus seguidores.

Gracias a esto, una persona con estos rasgos, debe poder influir positivamente en las personas que le rodean, y por tanto, conseguir que sus motivaciones se alineen con los objetivos marcados, consigue que sus seguidores actúen y se decidan por el cambio.

Necesidad de logro.
Necesita presentar resultados, no se conforma con dar continuidad a lo ya existente, si no que espera conseguir mejoras.

Si es necesario, un buen líder, debe ser capaz de cambiar el rumbo de su equipo. Lo suficientemente rápido, como para que esta decisión sea efectiva.

Entiende que su visión quizás no resista durante mucho tiempo el contacto con la realidad, debiendo por tanto introducir cambios, y aceptar que debe adaptarse para alcanzar su objetivo.

Conclusiones.
Hoy en día se considera que un líder se hace, no nace. Como todo en esta vida, los hábitos y cualidades del líder se pueden adquirir con la formación adecuada, práctica y experiencia.

Esta teoría no es muy atrayente para la mayoría de los investigadores. Si bien, los que han escarbado en ella, han encontrado ciertas características comunes a los líderes.

Aunque, también es cierto que hay personas con estos rasgos que jamás tienen éxito, y personas sin ellos que tienen éxito en su campo.

Sin embargo, debemos reconocer que, si una persona posee las cualidades mencionadas, tiene todos los ingredientes necesarios para ser un buen líder. Independientemente de si estos rasgos se pueden aprender, o bien de que estos rasgos se hereden genéticamente.

Ciertamente, estos rasgos, más que determinar quién puede ser un líder, y quién no, lo único que indican es que estas cualidades son importantes para llegar a ser un buen líder.

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Mi perfil

Julio Carreto:
Ingeniero Civil, Maestría en Administración con especialidad en Comercialización Estratégica.
Diplomado en Mercadotecnia, Diplomado en Administración de Ventas.
Consultor Especialista en Planeación de Negocios, Planeación Estratégica y Comercialización Estratégica.
Catedrático de Maestría, Diplomado y Licenciatura

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