Mateo 5:17 (RVR60):
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir."
Introducción
En un mundo donde muchos creen que el Antiguo Testamento ha perdido relevancia, las palabras de Jesús en Mateo 5:17 resuenan con autoridad y claridad. Él no vino a abolir la Ley ni a desechar las Escrituras, sino a darles su pleno cumplimiento. Este versículo es clave para entender la relación entre la gracia de Cristo y los mandamientos de Dios.
1. Jesús y la Ley: Una Relación Perfecta
Jesús no era un rebelde que despreciaba las tradiciones sagradas de Israel. Al contrario, Él honró la Ley, vivió en perfecta obediencia a ella (Hebreos 4:15) y enseñó su verdadero significado. Los fariseos habían distorsionado la Ley con legalismo, pero Cristo reveló su espíritu: amor, justicia y misericordia (Mateo 23:23).
2. El Cumplimiento de la Promesa
Cuando Jesús dice que vino a "cumplir", se refiere a que Él es el cumplimiento de todas las profecías y sombras del Antiguo Testamento (Lucas 24:44). La Ley señalaba hacia Él: los sacrificios apuntaban a Su cruz, el sacerdocio a Su intercesión, y los mandamientos a Su justicia impartida a nosotros.
3. La Ley en la Vida del Creyente
¿Significa esto que debemos guardar la Ley al pie de la letra? No para salvación (Romanos 3:28), pero sí como guía para una vida agradable a Dios. Jesús resume la Ley en amar a Dios y al prójimo (Mateo 22:37-40). El Espíritu Santo nos capacita para vivir en santidad, no por obligación, sino por gratitud (Gálatas 5:22-23).
Conclusión
Jesús no anuló la Ley; la elevó, la profundizó y la cumplió por nosotros. Como creyentes, somos llamados a vivir bajo Su gracia, reflejando Su justicia en un mundo que necesita desesperadamente Su verdad.
Oración
Señor Jesús, gracias porque Tú cumpliste perfectamente la Ley en mi lugar. Ayúdame a vivir en obediencia a Tu Palabra, no por imposición, sino por amor a Ti. Que Tu Espíritu me guíe cada día a reflejar Tu justicia y misericordia. Amén.
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